The Community Ministry

Weekly Message: To Obey is Better Than Sacrifice

July 18, 2023

We face hundreds of decisions every day.  What do I have for breakfast? What will I wear today?  What order will I attack the things I need to get done today? Do I let this car go in front of me? Do I drive the speed limit or go “5 over.”  Some of the decisions we make are governed by laws instituted by government.  Some of the decisions we make have other authorities that suggest or tell us what we should decide. There are a whole host of factors that influence every decision we make.  With all these voices speaking into how and what we should decide, how do we make sense of it all?

Research into how decisions are made suggest that there are many factors that influence the choices we make.  Past experiences, emotions, peer pressure, personal values, in addition to objective factors like data and information all play a part in what we ultimately decide. So, you might ask, does God care about all the decisions we make?  If He does, then how do I know what he would want me to do?

What do you think of when you hear the word obedience?  It might bring back memories of being a child and needing to obey the wishes of your parents.  If you were ever in the military, then you have experienced the strict obedience they require in the chain of command.  Obedience is defined as “dutiful or submissive compliance to the commands of one in authority.”  As children, the one in authority was our parents.  As we emerge into adulthood, we then need to determine whether the authority in our lives is ourselves or someone else.

Increasingly, our culture is defining authority by what the majority believes or wants.  Long gone are the days when the bible served to set the standard for what is right and wrong.  But each of us needs to come to our own understanding about what values or core beliefs govern the decisions we make.  This is not a new problem.  Time and again the Jewish people would drift away from God as the authority and put something else in His place.  When Jesus walked the earth, even the religious leaders of His day had put God’s law above God himself by becoming self-righteous and believing that they deserved heaven because of what they had done. They obeyed the letter of the law while violating the spirit of the law. “Woe to you, scribes and Pharisees, hypocrites! For you are like whitewashed tombs, which outwardly appear beautiful, but within are full of dead people’s bones and all uncleanness. So you also outwardly appear righteous to others, but within you are full of hypocrisy.” Matthew 23:27-28.

If we believe that God is real and that we will be accountable to Him one day, then I think it is important for us to decide whether we will submit to His authority or not.  If we submit to God’s authority, then we need to obey his commands. “If you love me, you will keep my commandments.” John 14:15. But as we can see by Jesus’ rebuke of the Pharisees’, obeying God is not just following a list of rules.  Sometimes we can get so caught up in following the rules that we forget their purpose.  Jesus simplified all of God’s law into two, Love God and Love others. “And you shall love the Lord your God with all your heart and with all your soul and with all your mind and with all your strength. The second is this: You shall love your neighbor as yourself. There is no other commandment greater than these.” Mark 12:30-31. Practically how do we apply this?  I believe that in every decision, we need to ask ourselves the question; is this choice demonstrating my love for God and my love for others? If not, are their other choices I need to consider that would demonstrate that better?

You might say, that is impossible, and I would agree with you that under our own human strength, living this way would be impossible. But when we came to faith in Jesus, we were given a new heart. “And I will give you a new heart, and a new spirit I will put within you. And I will remove the heart of stone from your flesh and give you a heart of flesh.  And I will put my Spirit within you, and cause you to walk in my statutes and be careful to obey my rules.” Ezekiel 36:26-27.  Through the power of the Holy Spirit, we can make decisions that are honoring to God.  Reading God’s word helps us to be aware of His priorities and we can also ask God for help through prayer in making good choices. If we persevere, we can look forward to the day when we will hear “…Well done, good and faithful servant. You have been faithful over a little; I will set you over much. Enter into the joy of your master.” Matthew 25:21.

If you have questions or would like us to pray with you, please call or text 305-306-7842.Your friends at First Baptist Islamorada.

The Community Ministry

Mensaje Semanal: Obedecer es Mejor que Sacrificarse

18 de julio de 2023

Nos enfrentamos a cientos de decisiones todos los días. ¿Qué tengo para el desayuno? ¿Qué me pondré hoy? ¿En qué orden atacaré las cosas que necesito hacer hoy? ¿Dejo que este coche vaya delante de mí? ¿Conduzco al límite de velocidad o paso “5 por encima”. Algunas de las decisiones que tomamos se rigen por leyes instituidas por el gobierno. Algunas de las decisiones que tomamos tienen otras autoridades que nos sugieren o nos dicen lo que debemos decidir. Hay una gran cantidad de factores que influyen en cada decisión que tomamos. Con todas estas voces hablando sobre cómo y qué debemos decidir, ¿cómo le damos sentido a todo?

La investigación sobre cómo se toman las decisiones sugiere que hay muchos factores que influyen en las elecciones que hacemos. Las experiencias pasadas, las emociones, la presión de los compañeros, los valores personales, además de factores objetivos como los datos y la información, juegan un papel en lo que finalmente decidimos. Entonces, podría preguntarse, ¿a Dios le importan todas las decisiones que tomamos? Si lo hace, entonces, ¿cómo sé lo que Él quiere que yo haga?

¿Qué piensas cuando escuchas la palabra obediencia? Puede traer recuerdos de cuando era niño y necesitaba obedecer los deseos de sus padres. Si alguna vez estuvo en el ejército, entonces ha experimentado la estricta obediencia que requieren en la cadena de mando. La obediencia se define como “cumplimiento obediente o sumiso a los mandatos de alguien en autoridad”. De niños, quienes tenían autoridad eran nuestros padres. A medida que llegamos a la edad adulta, debemos determinar si la autoridad en nuestras vidas somos nosotros mismos o alguien más.

Cada vez más, nuestra cultura está definiendo la autoridad por lo que la mayoría cree o quiere. Atrás quedaron los días en que la Biblia sirvió para establecer el estándar de lo que está bien y lo que está mal. Pero cada uno de nosotros necesita llegar a su propio entendimiento sobre qué valores o creencias fundamentales gobiernan las decisiones que tomamos. Este no es un problema nuevo. Una y otra vez el pueblo judío se apartaba de Dios como autoridad y ponía algo más en Su lugar. Cuando Jesús caminó sobre la tierra, incluso los líderes religiosos de su época pusieron la ley de Dios por encima de Dios mismo al volverse farisaicos y creer que merecían el cielo por lo que habían hecho. Obedecieron la letra de la ley mientras violaban el espíritu de la ley. “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque sois como sepulcros blanqueados, que por fuera se ven hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera parecéis justos a los demás, pero por dentro estáis llenos de hipocresía”. Mateo 23:27-28.

Si creemos que Dios es real y que algún día seremos responsables ante Él, entonces creo que es importante que decidamos si nos someteremos a Su autoridad o no. Si nos sometemos a la autoridad de Dios, entonces debemos obedecer sus mandamientos. “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos”. Juan 14:15. Pero como podemos ver por la reprensión de Jesús a los fariseos, obedecer a Dios no es simplemente seguir una lista de reglas. A veces podemos quedar tan atrapados en seguir las reglas que olvidamos su propósito. Jesús simplificó toda la ley de Dios en dos, amar a Dios y amar a los demás. “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. La segunda es esta: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos.” Marcos 12:30-31. Prácticamente, ¿cómo aplicamos esto? Creo que en cada decisión, debemos hacernos la pregunta; ¿Esta elección demuestra mi amor por Dios y mi amor por los demás? Si no, ¿son sus otras opciones las que debo considerar que lo demostrarían mejor?

Podrías decir, eso es imposible, y estaría de acuerdo contigo en que bajo nuestra propia fuerza humana, vivir de esta manera sería imposible. Pero cuando llegamos a la fe en Jesús, se nos dio un corazón nuevo. “Y os daré un corazón nuevo, y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Y pondré mi Espíritu dentro de vosotros, y haré que andéis en mis estatutos y cuidéis de obedecer mis preceptos”. Ezequiel 36:26-27. A través del poder del Espíritu Santo, podemos tomar decisiones que honren a Dios. Leer la palabra de Dios nos ayuda a ser conscientes de Sus prioridades y también podemos pedirle ayuda a Dios a través de la oración para tomar buenas decisiones. Si perseveramos, podemos esperar el día en que escucharemos “…Bien, buen siervo y fiel. En lo poco has sido fiel; Te pondré sobre mucho. Entra en el gozo de tu señor.” Mateo 25:21.

Si tiene preguntas o desea que oremos con usted, llame o envíe un mensaje de texto al 305-306-7842. Sus amigos en First Baptist Islamorada.